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Gran Bretaña ha desencadenado el proceso de salida de la Unión Europea. Por ello, es probable que los próximos dos años estén dominados por la incertidumbre.

Existen varias posibilidades en cuanto a las consecuencias para las relaciones comerciales entre UK y la UE, entre ellas:

  • Seguir formando parte del mercado común.
  • Cambios en cuanto al EEA.
  • Cambios en cuanto al EFTA.
  • Un tratado de comercio libre personalizado.
  • Efectos en las normas del WTO.

Es difícil saber con certeza qué depara el futuro de Inglaterra y la UE, teniendo en cuenta que los equipos de negociación de ambos lados están bajo presión política para adoptar posiciones que son contrarias a un acuerdo amistoso. Por un lado, es probable que el Reino Unido busque restringir la migración, lo cual contradice las cuatro libertades fundamentales de la UE. La UE podría establecer condiciones más estrictas para evitar que otros miembros se vayan, o incluso crear un alto nivel de incertidumbre para incitar a las empresas a trasladar sus operaciones fuera del Reino Unido. Sin embargo, la incertidumbre tiene riesgos, como que se alteren los flujos de capital y otros servicios clave de los que Reino Unido es exportador neto, y de los cuales también dependen otros países de la UE.

El Reino Unido tiene grandes desafíos internos que resolver en los próximos dos años. Entre ellos se encuentran la precariedad en el Parlamento Británico y lo que esto significa para las negociaciones del Brexit*, el déficit a largo plazo, o la inflación por la bajada de la libra esterlina. Asimismo, la UE tiene varios asuntos con los que lidiar a la vez que se llevan a cabo las negociaciones del Brexit. Por ejemplo, las elecciones alemanas (2017), las elecciones italianas (2018), o la amenaza continua de una crisis Griega que afecte a toda la zona euro.

Afortunadamente, la victoria de Macron en las elecciones francesas ha pospuesto un riesgo sistémico inminente al proyecto de la UE. La bienvenida recuperación económica dentro de la zona euro también puede contribuir a disminuir el riesgo de las próximas elecciones, sobre todo si se reduce el desempleo masivo en el sur de Europa.

Los cambios a nivel político tendrán un impacto notable en las empresas del sector financiero. Éstas deberán saber qué áreas se verán afectadas y en qué dirección van los cambios, información que será de gran ayuda a la hora de crear planes de contingencia.

¿Qué aspectos del Brexit tendrán el mayor efecto sobre los servicios financieros?

Equivalencia regulatoria

Las condiciones del Brexit son de suma importancia para aquellas empresas que tienen una presencia comercial notable en otros países de la UE; sólo si se consigue la equivalencia regulatoria se evitaría el traslado de sus operaciones. Muchas grandes empresas ya han anunciado que trasladarán a sus trabajadores.

Al salir de la UE, Gran Bretaña mantendrá la equivalencia regulatoria en todo lo relacionado a los servicios financieros. El país deberá adherirse a la legislación de la UE en todas las áreas hasta que se efectúe su salida, y la Gran Ley Derogatoria reflejará las leyes de la UE en los estatutos. Cabe destacar que este último punto queda pendiente de aprobación reglamentaria por parte de las nuevas entidades de la UE.

A pesar de lo que dice la ley que regula la equivalencia (una nación que tiene leyes que se pueden considerar como equivalentes a la legislación de la UE), queda por ver si la UE reconocerá la equivalencia del Reino Unido. El país deberá ser proactivo en cuanto a la legislación y supervisión para asegurar la adhesión al marco regulatorio de la UE y evitar supuestos como el caso Safe Harbour Schrems entre la UE y los EEUU, que puso en peligro las transferencias transatlánticas.

Esto plantea una pregunta para el Parlamento del Reino Unido; ¿Se cortará en seco con el reglamento actual? ¿Tendrá lugar una divergencia gradual, la estricta adherencia, o un doble régimen legislativo?

Cualquiera de estas opciones supondrá un cambio importante: la adhesión al reglamento de la UE puede causar más cambios que la adhesión a un régimen de Reino Unido.

Acceder al mejor talento extranjero

Aunque se ha insinuado que las fronteras no se cerrarán al talento extranjero, lo que realmente mantiene la reputación de Londres como una ciudad que tiene una fuerza laboral diversa y altamente cualificada es la facilidad con que atrae talento. Cualquier duda respecto a la facilidad de acceso reduce las posibilidades de crecimiento para Londres. Pero se trata de un tema del cual probablemente se salga de dudas en el futuro próximo.

Este modelo de mercado laboral también es de máxima importancia para la próxima generación de líderes financieros: las empresas de Fintech. La capacidad de acceder a talento extranjero es vital para el desarrollo del negocio, aunque es probable que una gran mayoría de contrataciones sean procedentes de EE. UU. e Israel.

Para las empresas financieras, no resulta fácil crear planes de contingencia para la retención y expansión del acceso a talento extranjero por parte de las empresas de Fintech. Ningún lugar de Europa atrae talento como Londres, y el gobierno Británico ha indicado su voluntad de facilitar y simplificar el acceso al mejor talento. Es probable que en el futuro próximo las reglas del juego favorezcan la inclusión de otros ciudadanos de la UE.

Futuro de la colaboración entre las Fintech y la banca

Para una empresa de servicios financieros, trasladar la sede a Europa para contribuir al cumplimiento de las regulaciones es una decisión sensata con riesgos mínimos. Sin embargo, existen “riesgos” en Londres que las empresas buscan maximizar intencionalmente. La ciudad es el centro mundial de Fintech y es probable que siga siéndolo. Esto se debe, en parte, a que pocas otras capitales europeas podrían acoger al talento de tan sólo un par de bancos con sede en Londres. En caso de que múltiples empresas decidan trasladarse, es posible que se dispersen por varios países.

Permanecer cerca de los clientes es un factor clave en el éxito de cualquier negocio, sobre todo las empresas Fintech. En este sentido, Londres seguirá siendo un lugar oportuno. Incluso si varias empresas trasladan su sede, una parte del talento se dedicará a la expansión de startups de Fintech.

La colaboración entre las Fintech y la banca está en su punto más avanzado en Londres, aunque no haya llegado a su madurez. El eje sobre el que gira el futuro éxito en este campo puede cambiar, pero no de forma drástica.

El Brexit en sí

Es el propio Brexit el que más puede afectar a las empresas de servicios financieros. La incertidumbre con respecto a las consecuencias es probablemente el elemento más peligroso de todos. La desviación de recursos y la capacidad interna para mitigar los resultados negativos no solo limita las oportunidades de crecimiento, sino que crea escenarios en lo que ninguna empresa sale ganando.

¿Cómo se deben preparar las entidades financieras para el futuro?

Esto es algo que depende del tamaño de la empresa y su plan actual.

Para una empresa grande, puede que ya sea un poco tarde para pensar en trasladar una parte importante de las operaciones. Incluso para el traslado de un reducido número de operaciones, es probable que el acceso al talento y bienes inmuebles de otros lugares sea costoso. Los grandes bancos de Reino Unido que están trasladando aquellas operaciones basadas en el euro han conseguido espacios de oficina y han contribuido a la creación de empleos en otros centros financieros de Europa. Esto resultará en costes de traslado más altos para cualquier traslado importante por parte de una empresa pequeña.

Lo cual no quiere decir que no hacen falta planes de contingencia.

Un primer paso sería identificar las operaciones clave que permiten vender servicios en la UE; el segundo, saber de antemano qué efectos pueden tener las negociaciones sobre estas operaciones. Por ejemplo, unirse al EFTA tras el Brexit no tendría las mismas consecuencias que diferir la adherencia a las normas del WTO. Si una empresa llega tarde a la creación de planes de contingencia para el Brexit, una buena idea podría ser seleccionar un destino que las empresas más grandes vayan a evitar pero que sin embargo cuente con amplia experiencia en el sector. Trasladarse a un lugar así permitiría desarrollar el negocio más rápidamente a la vez que se reducen los costes.

Por ejemplo, Europa del Este y la Península Ibérica ofrecen una fuerza laboral con un nivel de inglés relativamente alto y una sólida base de conocimientos financieros.

Si bien es probable que los próximos meses y años creen más incertidumbre para las empresas de servicios financieros con sede en Reino Unido que la que hubo tras estallar la crisis financiera de 2007/8, también es más fácil la planificación en este caso debido a la limitación geográfica de la situación. Se puede determinar qué respuestas dará la entidad ante los diversos escenarios posibles.

En definitiva, aunque muchas empresas aún no sepan si deben marchar o quedarse, las empresas financieras pueden analizar los posibles resultados políticos y crear planes de contingencia para decidir qué trasladar y qué no.

Autor: Daniel Sawko | Consultor de Axis Corporate

*Esta sección se editó tras los resultados de las elecciones sorpresa del 09/06/17