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Las entidades financieras están madurando y poniendo en valor de los accionistas la estrategia de sostenibilidad como cumplimiento a los ODS dictados por la ONU e incorporando metodologías para crear finanzas e inversiones sostenibles en los procesos de evaluación y selección de sus portafolios.

La agenda de los CIOs también debe formar parte y habilitar los objetivos del “Chief Sustainability Officer” (CSO) de la entidad con el fin de facilitar el programa de sostenibilidad y aportar medidas que favorezcan el cumplimiento de estos, tanto en la reducción de la huella de carbono, como evaluando los requerimientos hacia los proveedores, fomentando las iniciativas de inclusión, diversidad y equidad dentro de las áreas de TI.

Algunas de las iniciativas que los CIOs pueden implementar son la habilitación de procesos automáticos de almacenamiento, tratamiento y exposición de datos relevantes para que el CSO alimente sus cuadros de mando permitiéndoles tomar decisiones para el cumplimiento de los objetivos. Mantener una agenda abierta con el CSO para entender y apoyar la consecución de los objetivos y potenciar programas de uso de nube y digitalización de procesos para la reducción papel, son otras iniciativas notables.

IDC espera que las inversiones en tecnología digital crezcan un 16,9% durante el 2023, es decir, 8 veces por encima del crecimiento del PIB en un momento en el que la economía está teniendo una fuerte desaceleración.

Las inversiones deben estar orientadas a traer eficiencia, por esta razón, los programas de transformación digital de las compañías deben tener palancas claves como la estrategia de migración y derivación de las nuevas cargas hacia nubes públicas. Esto permite hacer más eficiente el gasto en data centers privados y reducir el gasto energético que se ha visto aumentado en el último año.

Roberto Fernández, responsable de negocio internacional de servicios financieros y tecnológicos

Según un estudio de 451 Research, los grandes proveedores de nube a nivel mundial se marcan como objetivo para 2030 conseguir el 100% de la energía renovable, lo cual indirectamente reduce la huella de carbono de los clientes en un 70%, de ahí que la revisión de las arquitecturas aplicativas deban tener una fuerte directriz de adopción de modelos SaaS y migración de aplicaciones a la nube.

Teniendo en cuenta el estudio de Forrester, el grupo de clientes que caen en el segmento verde, cliente que tiene como criterios de compra valores de ESG, crecerá del 24% al 36% al final de año, lo que indica que las entidades, su cadena productiva y de proveedores deberán tener indicadores que cubran las expectativas de los clientes.

Adicionalmente, existe un crecimiento en el número de proveedores de soluciones y plataformas con diferentes modelos de servicios lo que supone que sea necesaria la creación de nuevas políticas de gestión de proveedores por parte del área de abastecimiento con el apoyo de TI para promover que estos tengan objetivos y cumplan con medidas ESG y de DEI (diversidad, equidad e inclusión).

Dentro de la “S”, tenemos que capitalizar el esfuerzo realizado durante la pandemia en habilitar la tecnología necesaria para poder trabajar en remoto y para favorecer la flexibilidad y diversidad en las organizaciones, haciendo por otro lado que las empresas sean más atractivas. Éste es un esfuerzo que desde TI tienen que seguir trabajando y habilitando.

Como conclusión, el CIO tiene un papel relevante en la estrategia de ESG con diferentes roles, por un lado el rol habilitador de la estrategia del CSO proporcionando automatización de los procesos de alimentación de datos para poder tener hallazgos y seguimiento de las iniciativas e indicadores del programa. Por otro lado, el rol como ejecutor de iniciativas que tengan impacto directo en los objetivos estratégicos ESG de la entidad.