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Para entender la actual crisis de abastecimiento que el mundo, si, El Mundo (en mayúsculas) está viviendo, se debe contextualizar y destacar una serie de acontecimientos que han propiciado el “caldo de cultivo” ideal para la crisis.

Causas de la crisis de abastecimiento actual

La elevada concentración de materias primas en el mercado asiático y las alianzas que se llevaron a cabo antes de la pandemia por parte de las navieras, entre otros factores, han ocasionado que el transporte marítimo colapse y las mercancías no lleguen a destino en la fecha prevista. Toda esta situación se ha desatado a causa de las limitaciones y dificultades en la gestión derivadas de la Covid-19. Durante los meses de pandemia, se paralizó la extracción de materias primas y se produjo un aumento muy significativo en las compras online. Este aumento de la demanda de manera desigual en cuanto a geografía y en cuanto a velocidad, ha dificultado si cabe, todavía más, la logística de todo el proceso.

Todo el contexto anterior, ha impactado e impactará todavía más en la economía mundial y, las consecuencias visibles hasta la fecha son:

  • Las mercancías llegan tarde afectando al resto de la cadena de fabricación, formando así cuellos de botella en todas las áreas. Esto se ha visto muy presente en el mercado de automóvil, donde la demanda de chips ha aumentado a niveles prepandemia. La oferta se ha reducido y repartido hacia otros sectores, lo que provoca retrasos en la fabricación del producto final; como por ejemplo en la fabricación de automóviles. Además, las mercancías llegan tarde debido a la sobredemanda (el 80% de lo que consumimos llega por vía marítima) que no pueden cubrir las navieras, provocando que muchas mercancías no puedan ser transportadas en su plazo a pesar de que el pago se haya realizado por parte del solicitante de dicha mercancía. Esto, acaba repercutiendo en la caja de las empresas, que pagan a las navieras antes de cobrar a sus clientes, causando desajustes en la tesorería.
  • La segunda consecuencia que deriva de todo lo mencionado con anterioridad es, el precio del producto final. Éste se ha visto encarecido debido principalmente a dos factores:  El primero de ellos la sobredemanda frente a la limitación de contenedores. Esta limitación se debe a que muchos contenedores no regresan a su puerto de origen para ser de nuevo cargados, y realizar así un nuevo envío. Otro factor es la sobredemanda frente a la oferta de las empresas, ya que la producción de estas se ha retrasado provocando que la cantidad que son capaces de enviar al cliente no es la misma que la que se requiere; es inferior.

Si se atiende al mercado de futuros, se observa una mayor especulación a favor de las materias primas debido a la escasez de estas, lo que, acaba influyendo en un aumento del precio de las mismas.

Gestión de la Supply Chain

  • La llegada del Covid-19 ha impuesto nuevas formas de hacer, de gestionar, y de vivir. Ha requerido una adaptación en tiempo récord; reinventarse para solventar situaciones que nadie imaginó que fuesen a tener lugar.
  • Esta crisis mundial de suministros ha hecho que se enciendan todas las alertas, entendiendo que incluso en un mundo globalizado e interconectado, no es seguro apostar todo a uno.
  • Otra vía interesante de análisis es localizar la producción, como ya hacen algunas empresas, ubicando los centros de fabricación en lugares más cercanos y accesibles.
  • A la vez, se ha visto como otro cuello de botella ha tenido lugar en los puertos, ya que en ocasiones colapsaban sin tener capacidad para recibir tantos buques y contenedores. Esto invita a plantear, la incorporación de nuevos puertos e incluso diferentes rutas que ayuden a descongestionar los puertos más abarrotados.
  • Es momento de poner el foco en la tecnología, y que esta sea nuestra gran aliada para gestionar tanto los problemas actuales, como para prevenir posibles escenarios futuros. Las compras online, crecientes antes del Covid-19 y disparadas desde entonces, dificultan la gestión de lo que se había entendido como logística hasta la fecha. Es necesario dar un paso e ir más allá, apoyándose en la ciencia de datos y en la inteligencia artificial para alcanzar la logística inteligente.

En definitiva, los retos son múltiples, pero se dispone de las herramientas y del capital humano para adaptarse de la manera más rápida a las necesidades de este “Nuevo Mundo”.