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En el mercado actual, tras la crisis financiera y la irrupción de nuevos players, el principal objetivo de una empresa ha pasado de ser la obtención del máximo beneficio a lograr la permanencia en el campo de juego. Por este motivo, la creación de valor se ha convertido en un factor estratégico para las organizaciones.

Desde una perspectiva financiera, se dice que el valor se crea cuando una empresa obtiene ingresos (o un retorno sobre el capital) que supera los gastos (o coste de capital). Sin embargo, muchos analistas insisten en una definición más amplia de “creación de valor” que no solamente tiene en cuenta indicadores financieros.

Aspectos que crean valor para la compañía

Cuando hablamos de activar procesos de generación de valor para la empresa, conviene tener claro que en esta transformación se entremezclan diferentes aspectos, en el caso de los financieros, la mejora de la rentabilidad para incrementar los beneficios, nuevas vías de financiación o la gestión del riesgo, parecen primar; pero también se deben tener en cuenta otros factores.

Los bienes intangibles como la reputación de la empresa, el impacto social de su actividad, el talento o los modelos para el desarrollo interno de la innovación, son sin duda factores clave que influyen directamente en el valor de una organización. Por este motivo, orientarse a la generación de valor, debe ser el objetivo de todas las áreas de negocio de la compañía.

Existen aspectos clave que nos permiten generar valor sostenible en la compañía. Desde el diseño de una estrategia hasta la definición de un modelo de toma de decisiones, siempre que estén enfocados a la generación de valor y vinculados a una visión holística de la transformación, donde todas las áreas de negocio tengan un enfoque orientado a la creación de valor continuo.

El papel de la financiación en la aportación de valor

La financiación es una palanca clave que debe facilitar el proceso de transformación y la creación de valor de una compañía,  sin que estrangule el plan de negocio. Existen opciones para financiar distintas tipologías de operaciones en función de la rapidez y el riesgo o coste que estemos dispuestos a asumir. Las alternativas de financiación se han de adaptar a los planes de negocio y no a la inversa. No existe una vía de financiación mejor que otra, sino aquella que mejor se adapte a nuestro objetivo de negocio. Es importante reflexionar sobre este aspecto antes de avanzar en el proceso para evitar fracasar antes del inicio.

Operaciones de este tipo marcan un antes y un después en el ciclo de vida de una empresa. Por este motivo, los directivos de una compañía deben tener muy claro el foco sobre el cual proyectarán el crecimiento, involucrar a toda la organización y rodearse de expertos consultores y asesores que les acompañen durante procesos de trasformación tan complejos como los que aquí plantamos.