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Las entidades financieras se enfrentan hoy en día a uno de los mayores retos relacionados con ESG: satisfacer la demanda regulatoria que cada vez es más exigente y con un alto componente reputacional que afecta directamente a sus grupos de interés.

En España, en los últimos años, las entidades han tenido que adaptarse con cierta rapidez a los modelos de reporting del EINF y de las Memorias de Sostenibilidad, siendo capaces de medir sus KPIs de una forma cada vez más completa y con un alineamiento parcial o total con los estándares de reporting más utilizados como son GRI, GHG o SASB, entre otros.

Sin embargo, a lo largo de este tiempo, han tratado de enriquecer sus informes no financieros mediante la adopción de nuevos indicadores, abriéndose paso a otros estándares que proporcionan, en algunos casos, información muy valiosa y complementaria a lo “ya conocido”.

Un claro ejemplo de ello es el estándar PCAF.

¿Qué es PCAF?

Partnership for Carbon Accounting Financials (PCAF) es una iniciativa creada por entidades financieras neerlandesas en 2015, la cual se adoptó rápidamente en Norte América en 2018, para acabar consolidándose a nivel internacional en 2019.

PCAF ayuda a las instituciones financieras a evaluar y divulgar los gases de efecto invernadero (GEI), las emisiones de sus préstamos y las inversiones.

Mientras que la medición de GEI permite divulgar estas emisiones en un punto fijo en el tiempo y de acuerdo con los períodos contables financieros, la medición de las emisiones financiadas permite a instituciones hacer divulgaciones climáticas transparentes sobre su exposición a las emisiones de GEI, identificar riesgos y oportunidades de transición relacionados con el clima, y ​​establecer las emisiones de referencia para el establecimiento de objetivos en consonancia con el Acuerdo de París.

Hasta ahora, no ha existido un estándar globalmente aceptado para la medición y revelación de emisiones financiadas. La ausencia de metodologías armonizadas y normas de presentación de informes ha llevado a la pobre aceptación de la medición de las emisiones financiadas y divulgaciones inconsistentes entre las instituciones. Ampliamente probado por bancos e inversores, este método ayuda en la medición y divulgación de las emisiones de GEI asociado con seis clases de activos:

  1. Bonos y acciones cotizadas: incluye los bonos corporativos cotizados y todas las acciones cotizadas para empresas en general.
  2. Acciones no cotizadas y préstamos empresas: esta clase de activos de PCAF incluye Préstamos Comerciales e Inversiones de capital en empresas.
  3. Project Finance: incluye los préstamos o acciones a proyectos para fines específicos que aparecen en el balance de situación de la entidad.
  4. Real Estate: incluye préstamos en balance para fines corporativos específicos, esto es, de la adquisición de propiedades para fines comerciales.
  5. Hipotecas: incluye la compra y refinanciación de propiedades residenciales, incluidas viviendas individuales con un número reducido de unidades.
  6. Préstamos Vehículos: incluye la compra y financiación de vehículos de motor.

El estándar PCAF es una pieza clave en la estrategia de sostenibilidad de las entidades, ya que constituye el punto de partida para la senda hacia la descarbonización de sus carteras.

La implantación y el desarrollo de este estándar se resume en dos grandes bloques:

  • Adhesión a PCAF

La participación como miembro de PCAF tiene como principal ventaja el acceso a estimaciones sectoriales y bases de datos compartidas entre todas sus entidades miembros.

  • La metodología de las emisiones financiadas y la obtención del dato de emisiones financiadas.

PCAF ofrece varios niveles de scoring a la hora de calcular las emisiones. El criterio tiene en cuenta la disponibilidad y fiabilidad de los datos por parte de las entidades y se mide en función de una escala del 1 al 5. Es decir, a menor calidad de los datos (estimaciones por sector o tendencias por industria, por ejemplo)el scoring se sitúa en un rango mayor, tendiente a 5.

Actualmente, es esperable que las entidades no capturen todos los datos que permiten calcular las emisiones de PCAF con un nivel de scoring del 1. Por esto, cobra especial relevancia la adhesión a la iniciativa, ya que permite calcular un dato aproximado, al menos, en un primer ejercicio.

Con el dato obtenido, las compañías deberán:

  1. Reportar el dato: las emisiones financiadas son parte de las emisiones indirectas, Alcance 3, según el protocolo GHG. Por lo tanto, conviene reportar dicho dato como parte de la huella de carbono en el Estado de Información No Financiera (EINF).
  2. Trazar la senda de descarbonización: tratar y agrupar el dato teniendo en cuenta la clasificación sectorial, aspecto clave para la utilización de la metodología SDA (Sector Descarbonziation Approach) definida por SBT (Science Based Targets), al determinar la estrategia de las entidades hacia la descarbonización en el horizonte 2050.

En definitiva, la adopción del estándar PCAF es una realidad en el sector financiero. En España son varias las entidades que han realizado en 2021 los primeros cálculos de las emisiones financiadas y se espera que, en el corto plazo,el estándar tenga su derivada en el sector seguros para las emisiones aseguradas.

Si bien se trata de un estándar y no de un hito regulatorio, resulta imprescindible que las entidades adopten las mejores prácticas del mercado para poder hacer frente al desafío climático al que se enfrentan las empresas en todo el mundo