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El gas natural y el carbón coinciden en máximos históricos, al igual que el nivel más que respetable que alcanza el petróleo. La factura eléctrica, al alza desde hace meses, está dejando a muchos hogares en una situación de vulnerabilidad tras el drama económico de la pandemia. Sin olvidar la cada vez más habitual falta de inversión en exploración y producción de combustibles fósiles.

Hacer previsiones sobre qué pasará con el sector energético en los próximos años es una cuestión compleja. Son muchos los aspectos económicos y sociales que están provocando una gran transformación de la energía y del sector, entre los que se encuentran el imparable ascenso de las renovables, los acuerdos climáticos mundiales, el cambio de paradigma social y demográfico, la inclusión de nuevas tecnologías, el fenómeno startup, la concienciación por la experiencia de cliente, la necesidad de inversión para evolucionar las infraestructuras o los cambios regulatorios que impactan en el modelo de negocio, entre otros.

Ante esta situación de cambio y transformación como la que estamos viviendo en los últimos meses a nivel global, una respuesta rápida puede cambiar el posicionamiento de las compañías. Y también una respuesta equivocada puede crear una imagen difícil de modificar en el corto plazo.

Un sector como el energético, con una imagen cuestionada continuamente, ¿qué respuesta puede plantear a la situación actual para no salir aún más dañado?

Las compañías del sector energético de todo el mundo, y las españolas en particular, han apostado por focalizarse en el cliente y asegurar que ninguno de ellos se acordará de la pandemia del COVID-19 por lo que su compañía energética no fue capaz de hacer.

Medidas de sostenibilidad del sector energético

Al ser una actividad esencial, se han puesto en marcha multitud de planes de continuidad y de manejo de crisis, e incluso alguno adicional creado ante una circunstancia no contemplada: más del 80% de la plantilla y los colaboradores han tenido que quedarse en casa durante la pandemia. Y, además, se han adoptado medidas internas y externas que buscan la sostenibilidad del negocio y la gestión óptima de este periodo. No todas las medidas han sido públicas, pero principalmente nos encontramos con que han ido encaminadas a tres objetivos:

  • Mantener la confianza de los equipos y cuidarlos para salir fortalecidos.
  • Continuar la actividad con normalidad, asumiendo las circunstancias de cada momento y asegurando la máxima calidad.
  • Asumir la responsabilidad del sector con la sociedad en este clima de incertidumbre.

Se ha continuado el servicio con mayor excelencia si cabe, y las dotaciones extraordinarias han sido ejecutadas en tiempo récord y con la mayor calidad. Los servicios de atención al cliente, con el sector de la atención telefónica a la cabeza, han demostrado una flexibilidad sorprendente, manteniendo los niveles de servicio y calidad en un entorno desconocido de teletrabajo al 100% en plataformas. Y se han seguido lanzando campañas comerciales focalizadas en dar respuesta a las nuevas necesidades provocadas por el COVID-19: no facturación en meses de afectación, cambios de potencia gratuitos, facilidades de pago para colaboradores, gratuidad de servicios para colectivos de alto impacto COVID, donaciones de materiales y servicios, además de muchas otras que no han trascendido al público y que podrán ser consideradas como acciones altruistas de empresas, colectivos o particulares del sector.

El futuro de las energéticas

Y ¿qué se espera en los siguientes meses para las compañías energéticas? Una vuelta a la normalidad paulatina, en la que se tendrá que incorporar lo aprendido durante este periodo. Es una oportunidad perfecta para revisar nuestra forma de hacer, incorporar esas lecciones aprendidas en los últimos meses y afianzar los pilares que permitan consolidar esos pasos ganados a la incertidumbre:

  • Experiencia del empleado y del cliente. Las personas son las que transforman y en las que se apoya cualquier iniciativa. Crear el ambiente adecuado y las experiencias que permitan una mayor productividad con menos esfuerzo garantizarán el éxito.
  • Servicios y productos adaptados a la incertidumbre. Revisar el portfolio y construir servicios que se adapten a las circunstancias de los clientes, donde la incertidumbre será una certeza en los próximos meses para una gran mayoría.
  • Modelo operativo revisado. Integrar las lecciones aprendidas durante la nueva normalidad en el modelo operativo será clave. El teletrabajo, la eliminación de reuniones presenciales, los entornos colaborativos virtuales, y otros conceptos han llegado para quedarse y su reflejo en el modelo organizativo y de gestión es clave para adaptar las organizaciones.

Este modelo tiene que poder soportar los cambios en la estrategia que, seguro, las compañías van a definir para el corto y medio plazo: un mayor foco en la sostenibilidad, en la economía verde y la economía circular. El COVID ha tenido el efecto que ha tenido por un modelo de vida y de sociedad que sabemos tiene impacto real en el planeta. La sostenibilidad ambiental cobra una nueva perspectiva sobre todo en negocios donde el uso de recursos naturales es intensivo.

Pequeñas y grandes compañías, pequeños y grandes clientes nos vamos a enfrentar a un entorno más incierto que nunca. Y, como ciudadano, agradezco el paso adelante que el sector ha dado en España.

El sector energético jugará un papel importante, como siempre, para ser el combustible de la reactivación y recuperación del ritmo. Sin embargo, se prevén meses donde el foco más allá de la rentabilidad deberá estar centrado en la sostenibilidad en el medio y largo plazo. No todas las compañías tenían actualmente este enfoque y se deberán reconfigurar las estrategias marcadas. Quien hubiese conseguido esa agilidad tan nombrada para valorar y reparar los daños, mover el timón y marcar un rumbo propicio al viento, podrá disfrutar de la calma tras la tormenta.

Las compañías que tengan que mover lastres no liberados, reforzar estructuras ya dañadas y forzar una maquinaria mal engranada, sufrirán en su vuelta a la navegación tras esta tormenta perfecta del COVID19.