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En estos momentos, la palabra crisis nos ha invadido en todas las esferas. Sin lugar a duda, esta pandemia global lleva consigo asociado este término de manera indisoluble.

Para empezar, el término crisis no se trata de ningún concepto surgido en la sociedad moderna. Las crisis han existido desde tiempos inmemorables y con consecuencias bastantes más duras que en la actualidad.

Si consultamos la etimología de la palabra crisis, se trata de una palabra griega que se utilizaba para separar el grano de la paja. Desde el ámbito de la medicina, se utiliza para nombrar el momento decisivo de una enfermedad, ese momento en el que, para bien o para mal, es el punto álgido de un proceso que finalmente se ha de resolver de un modo u otro. Es el momento de la toma de decisiones.

Las crisis requieren toma de decisiones

El Covid-19 está provocando la necesidad en las organizaciones de tomar decisiones muy importantes para su continuidad. Como si de un médico se tratara, necesitaremos un diagnóstico que nos muestre la gravedad de “nuestra crisis” para poder tomar el tratamiento correcto que nos ayude a superarla… o bien a empezar de nuevo. 

Desde mi experiencia y gracias a la visión internacional que me ofrecen los distintos mercados donde actúa Axis Corporate, tengo claro que las decisiones que una organización ha de tomar en situaciones como la actual deben ir enfocadas a:

  • En primer lugar, dos aspectos fundamentales: trabajar la cohesión de los empleados y la cercanía con el cliente. Es importante lograr la involucración de las personas, para trabajar con más responsabilidad y profesionalidad que nunca. Ello, unido a mantenerse cerca del cliente, para transmitirle apoyo y solidaridad, son dos pilares indiscutibles para superar esta situación.
  • Combinar resiliencia y realismo. A la hora de tomar decisiones hay que ser realistas y no infravalorar el impacto. Se han de realizar los ajustes necesarios para superar este momento, sin dejar de pensar en ningún momento en el día de después con optimismo.
  • Analizar el impacto en los ingresos. No todos los sectores se están viendo afectados de la misma manera, pero quien más o quién menos se ve obligado a adaptar su mix de producto/servicios frente a las nuevas necesidades. Analizar la ralentización de la demanda en aquellos sectores más afectados y poner en marcha la creatividad, condicionará la velocidad de recuperación entre las compañías.
  • Realizar un ajuste de costes. Hay estructuras empresariales que difícilmente soportarán la presión durante varios meses continuados, como es el caso de las pymes y los autónomos. Es posible que las políticas públicas no estén yendo al ritmo que nos gustaría, pero las medidas fiscales y económicas propuestas puede hacer más llevadera la toma de decisiones en la compañía.
  • Adaptarse a la nueva manera de trabajar. El aislamiento nos obliga a organizarnos de otra manera, no podemos seguir con la misma estructura. Tenemos que reorganizaros para ser ágiles y eficientes.
  • Prepararse para cuando la demanda se vuelva a activar. No debemos perder ni un minuto en reaccionar antes las necesidades de nuestros clientes una vez se active la demanda, por lo tanto, hay que tener previsión y racionar los recursos para el momento.

Al principio de este artículo hablábamos del origen de la palabra “crisis” y no me gustaría acabar sin mencionar que una de las interpretaciones que más me gusta de esta palabra es el que se le da en China: crisis es la combinación de peligro (wēi) y oportunidad (). No lo olvidemos, es el momento de tomar decisiones, pero sea cual sea el tipo de decisiones que se tomen, es importante que se hagan siempre desde el respeto a la salud, con templanza y serenidad, y sin perder de vista las oportunidades que puedan acontecer.