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La innovación se ha convertido en un elemento indispensable para la supervivencia, la competitividad y crecimiento de las empresas.  Sin embargo, como bien afirmó Steve Jobs, La innovación no se trata de dinero, sino de la gente. La verdadera clave de la innovación reside en las personas, sus vivencias cotidianas y el papel que la función de Recursos Humanos (RR.HH.) en la creación de una cultura que facilite que la innovación pueda prosperar.

¿Cuáles son los grandes beneficios de fomentar una Cultura de Innovación?

  • Competitividad: fomentar una cultura de innovación permite a las empresas diferenciarse de la competencia, ofrecer productos o servicios únicos y responder efectivamente a los cambios del mercado. Esto las posiciona a la vanguardia de su industria.
  • Creatividad y Resolución de problemas: una cultura de innovación estimula la creatividad y la capacidad de resolución de problemas entre las personas trabajadoras. Al sentirse libres para proponer y experimentar con nuevas ideas, los equipos encuentran soluciones innovadoras a los desafíos organizativos.
  • Fidelización del talento: trabajar en un entorno que valora la creatividad y reconoce las contribuciones incrementa la satisfacción laboral y la lealtad de las personas trabajadoras. Esto reduce la rotación de personal y los costos asociados con la contratación y capacitación.
  • Adaptabilidad al cambio: la capacidad de adaptarse rápidamente a la evolución tecnológica y a los cambios en las preferencias de los consumidores es fundamental. Una cultura de innovación promueve la flexibilidad y la agilidad organizativa, permitiendo a las empresas ajustarse a nuevas circunstancias y aprovechar oportunidades emergentes.
  • Mejora continua: la innovación no se limita a grandes avances tecnológicos, también incluye mejoras incrementales en procesos, productos o servicios existentes. Una cultura de innovación fomenta la búsqueda constante de formas de mejorar, lo que conduce a la excelencia operativa.

Para que la innovación florezca, es crucial entender cómo las personas trabajadoras perciben y experimentan esta cultura en su día a día.

Reconocimiento: Las personas trabajadoras que se sienten valoradas y cuyas ideas son reconocidas están más motivadas a contribuir creativamente. Un ambiente laboral donde se celebran los éxitos y los fracasos se viven como oportunidades de aprendizaje, promueve una mayor participación y compromiso.

Es esencial que las personas trabajadoras se sientan parte integral del proceso innovador. Esto se logra gracias al reconocimiento de sus ideas y aportaciones y creando un entorno de trabajo donde se sientan valoradas.

Tania Lorente, Senior Consultant de Talento y Cultura

Seguridad psicológica: La capacidad de experimentar sin temor al fracaso es vital para el desarrollo de una cultura de innovación. Las personas deben sentirse respaldadas al tomar riesgos calculados y explorar nuevas ideas.

Diversidad e Inclusión: La innovación a menudo surge de la unión de diferentes perspectivas y habilidades. Fomentar un entorno colaborativo donde equipos multidisciplinares trabajan juntos desencadena ideas innovadoras que de otra manera no surgirían.

Desarrollo y crecimiento: Las oportunidades de aprendizaje y desarrollo son esenciales para mantener una cultura de innovación. La formación y el desarrollo profesional tanto en el ámbito de especialización de la persona como en metodologías que faciliten la innovación (permiten a las personas trabajadoras expandir sus habilidades y conocimientos.

Desde Axis Corporate, parte de Accenture, recomendamos a la función de RRHH implementar progresivamente estas cinco estrategias clave para crear y mantener una cultura de innovación sólida:

  1. Transparencia en la comunicación: Es esencial establecer canales de comunicación que permitan a las personas trabajadoras compartir ideas y opiniones sin temor a represalias. Por ejemplo, a través de encuestas periódicas, buzones de sugerencias y reuniones de brainstorming.
  2. Sistemas de reconocimiento: Es necesario diseñar un sistema de reconocimiento que permita de sistemática visibilizar las contribuciones individuales y de equipo desde la Dirección hacia los equipos y entre pares.  Las ceremonias de entrega de premios, los premios en sí, en forma de distinciones o bonificaciones, son maneras efectivas de reconocer estos esfuerzos.
  3. Espacios para la colaboración: Diseñar entornos físicos y digitales, eventos que faciliten la interacción y el trabajo en equipo entre personas de diferentes departamentos puede generar un flujo constante de nuevas ideas.
  4. Experimentación: Apoyar a las personas trabajadoras en la toma de decisiones y riesgos calculados en el testeo de nuevas ideas es crucial. Esto puede incluir la creación de «laboratorios de innovación», «células ágiles» o equipos dedicados a proyectos piloto donde se puedan explorar nuevas soluciones sin las restricciones y burocracia del día a día operativo.
  5. Capacidades innovadoras: Invertir en el desarrollo profesional del talento mediante cursos y talleres enfocados en la creatividad, la resolución de problemas y el pensamiento crítico. Además, es beneficioso proporcionar acceso a herramientas y recursos que faciliten la innovación, como software de gestión de proyectos y plataformas de colaboración.

Crear una cultura de innovación no es una tarea sencilla, pero es una inversión que puede rendir enormes beneficios a largo plazo. Al centrarse en la experiencia de las personas trabajadoras y utilizar la función de RR.HH. como un motor de cambio, las empresas pueden cultivar un entorno donde la creatividad y la innovación se conviertan en el corazón y alma de la organización.

Rocío Cervantes, Senior Manager de Talento y Cultura

Como dijo Bob Iger, ex CEO de Disney, “El corazón y el alma de la empresa es la creatividad y la innovación”. Fomentar un espacio donde las personas trabajadoras se sientan inspiradas y capacitadas para innovar es fundamental para el éxito sostenible en el mundo empresarial actual.