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Ante una situación tan inesperada como la que estamos viviendo en las últimas semanas a nivel global, una respuesta rápida puede cambiar el posicionamiento de las compañías. Y también una respuesta equivocada puede crear una imagen difícil de modificar en el corto plazo.

¿Y un sector con una imagen ya cuestionada continuamente? ¿Qué respuesta puede plantearse para no salir aún más dañado?

El cliente en el centro de las energéticas

La respuesta la han dado las compañías del sector energético de todo el mundo, y las españolas en particular: focalizarse en el cliente y asegurar que ninguno de ellos se acordará de la pandemia del COVID-19 por lo que su compañía energética no fue capaz de hacer.

Y no porque no estén siendo impactadas por la ralentización económica. Tres datos dan ejemplo del impacto (1):

  • La demanda de gas natural ha disminuido en marzo cerca de un 5%, con la previsión de que abril (mes de parada de la actividad industrial, disminuya de forma más drástica)
  • La demanda eléctrica descendió en marzo respecto a 2019 en un 5%, y en abril se ha movido en picos de hasta el 15%.
  • Los movimientos de hidrocarburos, y por tanto su consumo, han descendido entre final de marzo y abril entre el 60 y el 85 % respecto a los movimientos del año 2020.

A pesar del gran impacto, el mensaje por parte de las compañías ha sido claro: “aquí estamos para lo que haga falta al país, a nuestros clientes y a nuestros socios y colaboradores”.

Medidas de sostenibilidad del negocio energético

Al ser una actividad esencial se han puesto en marcha todos los planes de continuidad e incluso alguno adicional que ha sido necesario crear para una circunstancia no contemplada: más del 80% de la plantilla y los colaboradores tenían que quedarse en casa. Y, además, se han adoptado medidas internas y externas que buscan la sostenibilidad del negocio y la gestión óptima de este periodo. No todas las medidas, como digo, han sido públicas, pero entiendo que podría agruparlas en tres principalmente:

  • Mantener la confianza de los equipos y cuidarlos para salir fortalecidos.
  • Continuar la actividad con normalidad, asumiendo como válidas las circunstancias de cada momento y asegurando la máxima calidad.
  • Asumir la responsabilidad del sector con la sociedad ante la incertidumbre.

Las compañías energéticas han demostrado un compromiso muy alto con los empleados y colaboradores. No hemos podido ver ni una sola queja asociada al sector.

Jorge Jiménez. Director Energía, Utilities e Infraestructuras.

Se ha continuado el servicio con mayor excelencia si cabe, y las dotaciones extraordinarias (como por ejemplo, el hospital de IFEMA en Madrid), han sido ejecutadas en tiempo récord y con la mayor calidad. Los servicios de atención al cliente, con el sector de la atención telefónica a la cabeza, han demostrado una flexibilidad sorprendente, manteniendo los niveles de servicio y calidad en un entorno desconocido de teletrabajo al 100% en plataformas. Y se han seguido lanzando campañas comerciales focalizadas en dar respuesta a las nuevas necesidades provocadas por el COVID-19: no facturación en meses de afectación, cambios de potencia gratuitos, facilidades de pago para colaboradores, gratuidad de servicios para colectivos de alto impacto COVID, donaciones de materiales y servicios, además de muchas otras que no han trascendido al público y que podrán ser consideradas como acciones altruistas de empresas, colectivos o particulares del sector.

El futuro de las energéticas

Y mirando más allá, destacar la iniciativa que ha lanzado un grupo de empresas de apoyo a la innovación (Energía Positiva, que ya no busca dar respuesta al momento actual, sino provocar la transformación de la sociedad dando fuerza a startups que creen soluciones para la movilidad sostenible, descarbonización y sostenibilidad, impacto social, digitalización e industria 4.0. Esta iniciativa de corporate venturing, promovida por compañías del sector, es un ejemplo de la posición que quiere adoptar el sector en los siguientes meses.

Y ¿qué espera en los siguientes meses para las compañías energéticas? Una vuelta a la normalidad paulatina, en la que se tendrá que incorporar lo aprendido durante este periodo. Es una oportunidad perfecta para re-revisar nuestra forma de hacer, incorporar esas lecciones aprendidas en las últimas semanas y afianzar los pilares que permitan afianzar esos pasos ganados a la incertidumbre:

  • Experiencia del empleado y del cliente. Las personas son las que transforman y en las que se apoya cualquier iniciativa. Crear el ambiente adecuado y las experiencias que permitan una mayor productividad con menos esfuerzo garantizarán el éxito.
  • Servicios y productos adaptados a la incertidumbre. Revisar el portfolio y construir servicios que se adapten a las circunstancias de los clientes, donde la incertidumbre será una certeza en los próximos meses para una gran mayoría.
  • Modelo operativo revisado. Integrar las lecciones aprendidas durante la nueva normalidad en el modelo operativo será clave. El teletrabajo, la eliminación de reuniones presenciales, los entornos colaborativos virtuales, y otros conceptos han llegado para quedarse y su reflejo en el modelo organizativo y de gestión es clave para adaptar las organizaciones.

Este modelo ha de poder soportar los cambios en la estrategia que, seguro, las compañías van a definir para el corto y medio plazo.

  • Sostenibilidad. Y un mayor foco en la sostenibilidad, en la economía verde y la economía circular. La COVID ha tenido el efecto que ha tenido por un modelo de vida y de sociedad que sabemos tiene impacto real en el planeta. La sostenibilidad ambiental cobra una nueva perspectiva sobre todo en negocios donde el uso de recursos naturales es intensivo.

Pequeñas y grandes compañías, pequeños y grandes clientes nos vamos a enfrentar a un entorno más incierto que nunca. Y, como ciudadano, agradezco el paso adelante que el sector ha dado en España.

El sector energético jugará un papel importante, como siempre, para ser el combustible de la reactivación y recuperación del ritmo. Sin embargo, se prevén meses donde el foco más allá de la rentabilidad deberá estar centrado en la sostenibilidad en el medio y largo plazo. No todas las compañías tenían actualmente este enfoque y se deberán reconfigurar las estrategias marcadas. Quien hubiese conseguido esa agilidad tan nombrada para valorar y reparar los daños, mover el timón y marcar un rumbo propicio al viento, podrá disfrutar de la calma tras la tormenta.

Las compañías que tengan que mover lastres no liberados, reforzar estructuras ya dañadas y forzar una maquinaria mal engranada, sufrirán en su vuelta a la navegación tras esta tormenta perfecta del COVID19.

(1) Datos construidos por Axis Corporate con base a los datos publicados por REE, CLH y Enagás.