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El camino hacia la llamada “transición energética” es un impulsor del desarrollo de las energías renovable. Como consecuencia de dicho desarrollo los costes de generación de las energías renovables se están situando en la actualidad en cotas cercanas a los de las fuentes fósiles. Este hecho está conduciendo a los proyectos renovables a escenarios con altos niveles de competitividad y fuertes presiones de reducción de precios.

En este contexto, resulta fundamental minimizar el nivel de riesgo en todas y cada una de las fases del desarrollo y operación de los proyectos para asegurar la viabilidad económica. Para ello es esencial la óptima gestión y coordinación de (y entre) todos los actores implicados.

A continuación se describen los principales riesgos asociados a los proyectos en las distintas fases y los elementos clave que se deben tener en cuenta para su mitigación:

Riesgos en la fase de desarrollo pre-constructivo

En las primeras fases de desarrollo de los proyectos existen varios elementos fundamentales desde el punto de vista legal, económico y operacional que es necesario abordar para minimizar posibles riesgos:

  1. Asegurar la propiedad de los terrenos donde se construirá y ubicará el futuro proyecto, mediante contratos adecuados y de larga duración.
  2. Seleccionar emplazamientos que dispongan de un recurso energético apropiado y suficiente de forma que el futuro proyecto sea capaz de generar los flujos de caja esperados, y con los niveles de producción de energía proyectados. Para lograr este objetivo, es necesario disponer de estudios de predicción de producción energética exhaustivos y fiables. Éstos deben ser realizados por compañías expertas en dicha materia.
  3. Dichos estudios de evaluación de producción energética pre-constructivos deben combinarse con otras evaluaciones de viabilidad: Estudios de adecuación medioambiental, análisis de posibles restricciones geográficas, estudios previos y de viabilidad de ingeniería constructiva y de accesibilidad y evaluación de posibles sobrecostes asociados, análisis del posible impacto en áreas habitadas y de sensibilidad social, otros estudios normativos, etc.

Riesgos en la fase constructiva

Si bien la condición mínima necesaria para que la fase constructiva sea exitosa es asegurar la calidad de los trabajos durante todas las etapas de desarrollo de la ingeniería civil, eléctrica, etc., la estructura de Project Finance de los proyectos renovables también exige el cumplimiento estricto de los plazos estipulados. De otro modo, los posibles retrasos en la puesta en marcha pueden suponer importantes riesgos de impago de la deuda, ya que los flujos de caja sólo se generarán cuando el proyecto esté operativo.

Otro factor que puede suponer un riesgo para el proyecto son los posibles sobrecostes que pueden surgir durante la construcción. Para evitar esto y mitigar dichos riesgos, se suele recurrir a fórmulas de contratación “llave en mano”.

Riesgos en la fase de operaciones

Existen varios elementos que pueden suponer importantes riesgos durante la operación:

  1. Tal y como ya se ha mencionado, es fundamental haber realizado estudios precisos de predicción de producción energética, que se ajusten y sean consistentes con el recurso energético realmente aprovechable durante la fase de operaciones. Si las predicciones en las que se han basado los estudios de viabilidad económica previos no son precisas, la rentabilidad del proyecto puede verse reducida notablemente.
  2. Los contratos de O&M deben estar bien diseñados y optimizados para maximizar la disponibilidad de producción energética de los proyectos. La experiencia acumulada en el sector, y el acceso a nuevas tecnologías (big data, extensión de la vida útil, mejoras en las certificaciones de los sistemas, etc.) son varios de los elementos que contribuyen a las mejoras en este ámbito.
  3. Las fórmulas que permiten fijar el precio de la energía, pactado a través de PPAs y subastas en las fases previas, permiten reducir la incertidumbre asociada a las posibles fluctuaciones asociadas al mercado de compra-venta de la energía.

Otros riesgos asociados a los proyectos renovables en sus distintas fases

Riesgos financieros

Para mitigar las incertidumbres asociadas al efecto de la fluctuación de los tipos de interés, se debe evaluar con detalle los años asociados a la financiación en cada caso particular (10 o 20 años usualmente).

Adicionalmente, conviene disponer de ratios de cobertura amplios para asegurar que las entidades financieras puedan ampliar el crédito en caso necesario.

Riesgos tecnológicos

Las continuas mejoras en el diseño y el desarrollo tecnológico, especialmente asociados a las placas fotovoltaicas y aerogeneradores eólicos, están permitiendo a los fabricantes el suministro de equipos con niveles cada vez más alto de disponibilidad y óptimo funcionamiento, con contratos de garantías asociados. Estas mejoras contribuyen a la maximización de la disponibilidad, y por tanto a la mejora de la rentabilidad de los proyectos. Sin embargo, el uso de tecnología (especialmente aerogeneradores o placas fotovoltaicas) de nueva generación con diseños y niveles de eficiencia aparentemente superiores supone a su vez un riesgo asociado a la falta de “contrastabilidad” de dichos equipos, e introduce incertidumbre en los procesos de O&M, constructivos y similares por falta de experiencia.

Riesgos políticos

Tal y como ya se ha mencionado, disponer de un marco legal y político adecuado y estable es fundamental para no poner en riesgo los proyectos. Dado el largo recorrido temporal de los mismos, se debe asegurar un entorno geopolítico seguro y estable en el largo plazo y un nivel de riesgo-país sostenido.

Autor: Diego Toulet, Consultor en Axis Corporate