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Uno de los ejes principales de la Agenda España Digital 2026 y uno de los componentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española es la bautizada como ‘Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial’ (ENIA). Este plan tiene como objetivo proporcionar un mar de referencia para el desarrollo de una IA inclusiva, sostenible y centrada en el usuario.

La IA parece estar por todas partes. Abre informativos con sus novedades y colma gran parte de Internet y las redes sociales con curiosidades y funcionalidades. Los gobiernos están prestándole especial atención con la creación de este tipo de iniciativas y utilizándola para ser más competitivos. Pero, con tanta información sobre IA, no es de extrañar que surjan constantemente dudas, especialmente entre los altos directivos que se preguntan si esta tecnología puede realmente aportar beneficios tangibles a sus negocios.

Según un informe publicado por Randstad Research, cerca del 46% de las empresas ya emplean la inteligencia artificial (IA) en nuestro país. Entre las actividades más comunes se encuentran el análisis y la predicción de datos (46%), la mejora de labores administrativas (38%) y la automatización de procesos de producción (36%).

Desde los algoritmos que recomiendan nuestras próximas compras en línea hasta los sistemas que optimizan la logística de las empresas, la IA ha demostrado su capacidad para revolucionar diversos aspectos de nuestra vida cotidiana y del mundo empresarial. Ante este escenario, nos preguntamos: ¿puede la IA verdaderamente ayudar a los negocios a alcanzar nuevos horizontes de eficiencia y competitividad, o es simplemente otra tendencia tecnológica fugaz destinada a desvanecerse con el tiempo?

Una de las principales barreras con las que se topan las empresas están ligadas a cuestiones éticas que rodean el uso de la IA, que se suma a la preocupación por la privacidad de los datos, el sesgo algorítmico y el impacto en el empleo. El debate sobre si la IA complementa o sustituye el trabajo humano es otro aspecto crucial a considerar. Si bien es cierto que la IA tiene el potencial de automatizar tareas repetitivas y mejorar la eficiencia operativa, también es importante reconocer que el factor humano sigue siendo irremplazable en muchos aspectos.

IA: ¿Enemiga o cómplice?

Según una investigación realizada por el Institute Business of Ethics, un 59% de los ciudadanos españoles expresan preocupación ante la posibilidad de que la tecnología reemplace sus puestos de trabajo. Esto quizás se deba a la cantidad de información que circula sobre la IA ‘enemiga’, relacionada con su uso indebido, con la falta de seguridad o incluso con su uso en conflictos bélicos.

Focalizando en el terreno empresarial, también surge temor sobre el futuro de algunos empleos y de cómo coexistirán ambos mundos. Sin embargo, hay aspectos positivos a considerar. Por ejemplo, el Foro Económico Mundial proyecta que para el año 2025, la tecnología habrá generado 97 millones de nuevos empleos, superando en 12 millones a los empleos que habrá destruido.

Algunos sectores además se verán especialmente beneficiados. Según este estudio, algunos sectores experimentarán un aumento en el empleo. El campo de la programación se destaca como el más beneficiado, previendo la creación de 157.000 nuevos puestos de trabajo. De manera similar, se espera un efecto positivo en el sector de actividades profesionales, científicas y técnicas, con la incorporación de 170.000 nuevos empleos.

La creatividad, la empatía y el juicio son habilidades que no pueden ser replicadas por algoritmos, y es precisamente esta combinación de capacidades lo que puede llevar a las empresas hacia el éxito. Sin duda, son cuestiones de peso que mantienen a los empresarios con cierta desconfianza.

La adopción de la Inteligencia Artificial no se trata solo de implementar nuevas tecnologías, sino de transformar la forma en que las empresas operan y crean valor. Requiere un enfoque estratégico y una mentalidad abierta hacia la innovación que debe ir acompañada de una transformación operativa y organizativa efectivas de manos de profesionales. Aquellas organizaciones que logren integrar de manera efectiva la IA en su cultura y procesos encontrarán nuevas oportunidades para crecer y prosperar en la economía digital.

De la mano en el camino

Es importante contar con guías en este proceso, ya que la llegada de la tecnología no se ciñe simplemente a la adopción de pruebas de concepto, más bien una transformación completa de la empresa que debe darse por fases y en relación a un plan previo.

En este proceso, contar con expertos se vuelve fundamental.

Nuestro trabajo va más allá de simplemente mostrar las bondades de la tecnología a nuestros clientes. Les proporcionamos una visión clara de los mejores usos y de cómo integrar estas tecnologías de manera óptima en sus organizaciones. Nos comprometemos a acompañarlos en cada etapa del proceso, brindando asesoramiento personalizado y soluciones adaptadas a sus necesidades específicas. De esta manera, garantizamos que la tecnología se convierta en una herramienta efectiva para impulsar el crecimiento y la eficiencia de su empresa.

Jaime Fernández, Socio de Axis Corporate

Definitivamente, la IA seguirá estando presente en nuestro día a día. La veremos en más sectores y con más aplicaciones. Anticiparse y conocer las ventajas de esta tecnología no siempre es fácil sin un asesoramiento en el que las necesidades de cada compañía escriban la ruta hacia la digitalización. IA sí, pero con sentido.